Las cabañuelas: predecir el tiempo a partir de la naturaleza

Quizás las predicciones de las cabañuelas más difundidas

El ser humano, desde su estadio más primitivo, ha intentado siempre adivinar el tiempo atmosférico que va a imperar a corto y medio plazo. Ello le permitía planificar con antelación los mejores momentos para salir a cazar o el momento más idóneo para la siembra.

Poco a poco se fue descubriendo que la naturaleza ofrecía “pistas o señales” sobre cómo iba a evolucionar la climatología. La visualización de un fenómeno atmosférico concreto se empezó a interpretar como el preludio de cómo iba a evolucionar el tiempo en un futuro no muy lejano.

La técnica que permite identificar esas “pistas o señales” recibe el nombre de "cabañuelas".

(Horacio Dorta, un experto en las cabañuelas canarias (Cortesía de Crónicas de San Borondón)

Pudiera parecer que tras la llegada de los satélites y los barómetros, las cabañuelas iban a caer en el olvido, sepultadas por la ciencia y su método. Sin embargo, éstas siguen vivas en muchas partes del mundo, entre las que se encuentran nuestras islas.

Para que las cabañuelas ofrezcan un resultado mucho más preciso es necesario realizarlas en días concretos del año. En ese momento, la dirección del viento, las formas de las nubes o el estado de la mar van a definir cómo será el tiempo futuro hasta la llegada de la próxima estación.

La elección del mejor día para realizar las cabañuelas varía según los lugares donde se practique. En Canarias, incluso, cada zona de las islas prefiere hacerlas en la celebración de un santo en concreto o en los solsticios y equinoccios.

Cuando se realiza la observación se va anotando en una plantilla los fenómenos naturales que se van observando. Luego estos signos “se interpretan” y cada uno de ellos señalará cómo será el tiempo día a día hasta el momento de la próxima consulta.

Las cabañuelas se siguen practicando en muchos de nuestros pueblos, sobre todo en los ligados a la tradición marinera. Su actual vigencia se le debe al tinerfeño, ya fallecido, Horacio Dorta, cuya forma de adivinación se ha convertido en guía para todos los “cabañuelistas” isleños actuales.

Junto a esta técnica ancestral existían otras formas de adivinación del tiempo atmosférico. Una de ellas consistía en colocar en el principio de cada estación cuatro cuencos con cebollas y sal, de forma que cada uno represente los cuatro meses siguientes. Por la mañana, el cuenco que más agua tenga señalará cual será el mes próximo más lluvioso.

Creo que no hace falta señalar que las cabañuelas no tienen ningún tipo de refrendo científico. Es más, el mundo académico la considera una superstición sin ningún tipo de fundamento.

Sin embargo, mi experiencia personal me ha demostrado que solían acertar bastante en sus pronósticos. Digo “solían” porque las personas que en Canarias se dedican a descifrar los signos de la naturaleza coinciden en que el cambio climático está propiciando nuevos fenómenos atmosféricos nunca vistos hasta ahora y que son de muy difícil interpretación.

Para saber mas de las cabañuelas:

https://www.youtube.com/watch?v=Q0pZKsMWVTM

 

Juan Carlos Saavedra

Escritor, investigador y divulgador de la cultura canaria

http://www.juancarlossaavedra.com