martes. 23.04.2024
Inteligencia emocional
Inteligencia emocional

A medida que las organizaciones se desenvuelven en mercados más competitivos y dinámicos, aparecen las reestructuraciones internas con fuertes modificaciones en el estilo de gestión y liderazgo empresarial. Debido a ello debemos desarrollar nuevas habilidades, para adaptarnos mejor a estos cambios organizativos y conseguir mejores resultados.  En este nuevo universo laboral, bajo modelos de gestión adaptados a la nueva era, competencias como la inteligencia emocional cobran una importancia crucial.

En una sociedad donde el raciocinio parece dominar cada vez más sobre las emociones, es importante tener en cuenta que la inteligencia emocional juega un papel primordial, más importante  incluso que el cerebro racional.

Según la RAE, la inteligencia es un término que se refiere a la capacidad de entender o comprender, así como de resolver problemas. 

Pero ser inteligente no basta para tener éxito en la vida. Según varios estudios, el coeficiente intelectual representa solo un 20% de los factores que determinan el éxito. El otro 80% son otros factores,  de los cuales uno de ellos es la IE. 

El concepto de inteligencia emocional se hizo popular a partir del libro publicado en 1995 por Daniel Goleman, “La Inteligencia Emocional”. Esta popularización despertó el interés por su estudio y sus posibles relaciones con otras áreas de la ciencia.

Según Goleman tenemos dos mentes: la racional y la emocional. Funcionan de manera independiente, pero están interaccionadas. Trabajan en coordinación haciendo que en muchas ocasiones, las emociones condicionen los pensamientos y viceversa.

El problema viene cuando una situación con una carga emocional fuerte secuestra la mente racional y nuestras conductas son guiadas por nuestras emociones únicamente.

No siempre podemos elegir nuestras circunstancias, pero sí podemos elegir qué hacer con ellas.

La inteligencia emocional es una capacidad que se puede y se debe desarrollar. 

Goleman nos señala 5 claves para poder desarrollar la IE:

  1. Autoconocimiento. Conocer tus propias emociones. No solo poner nombre a esa emoción, sino reconocer el sentimiento que subyace  mientras esté ocurriendo, poder entender que te están intentando trasmitir. La capacidad de identificar los sentimientos es fundamental para conocerse a uno mismo.
  2. Controlar las emociones. El control de nuestras emociones nos ayuda a poder modificar los estados de ánimos menos favorables. 
  3. Automotivación. Todos somos capaces de inducirnos emociones y estados de ánimos positivos. Esto nos hará más productivos y eficaces y  nos servirá para todo tipo de logros que nos propongamos, al darnos confianza, entusiasmo y optimismo.
  4. Controlar los impulsos. Postergar la gratificación para poder obtener mayores recompensas. Si podemos aprender a controlar nuestros impulsos nos hará mejores empresarios.
  5. Sociabilidad. Saber interpretar las señales emocionales de los demás. 

El desarrollo de la IE como empresarios nos puede ayudar en:

  • Resolución de conflictos
  • Toma de decisiones
  • Fuentes de motivación
  • Empatía
  • Resiliencia 
  • Liderazgo
  • Éxito

Ya decía Aristóteles: ¨Cualquiera puede ponerse furioso, eso es fácil, pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso es más difícil”.

María Martínez

Coach y consultora de empresas

www.mybrujula.com

Inteligencia emocional, clave de éxito