Partiendo de la base que es madurativo y que a estas horas de la madrugada la melatonina está en descenso, sería conveniente revisar sus horarios diurnos (que sean acordes a su ritmo biológico por edad) y que no estés excediendo su última ventana de sueño, pues podría ser la causa. Muy importante también que tengas persianas black out que no dejen pasar la luz, o que revises que sobre esa hora no entra ningún halo a través de ventanas o puertas que lo estén llevando a despertar.
En ocasiones, también un exceso de descanso de día, hacer más horas de siesta de las que le corresponden por edad, sumada a una buena noche, puede ocasionar este despertar tempranero, ya que el cuerpo es una máquina inteligente y registra que ha recargado pilas lo suficiente y está listo para comenzar el día.
Si tu peque está con tomas nocturnas, ya sea biberón o lactancia materna, podría ayudarte ponerle una dormido, adelantarte a ese despertar para ver si así puedes ayudarle a alargar su descanso. Aunque si ese despertar es fijo y marcado a la misma hora exacta cada día, puedes probar a ir unos 15 o 20 minutos antes y arroparlo o acariciarlo sin llegar a despertarlo, para que salga de la fase del sueño en la que se encontraba y se ‘desacostumbre’ a despertar como lo está haciendo.
Todos estos tips son válidos si tu peque tiene un único despertar sobre las 6 a.m., no para noches fragmentadas constantes. Cualquier consideración a poner en práctica no es una pócima mágica y debes ser constante unos cuantos días para observar resultados.
¿Cómo llevas los despertares tempranos? Cuéntame qué te funciona a ti, que te leo.
Mónica Quesada
Asesora de sueño Infantil Certificada, Maestra y CEO
