martes. 23.04.2024

Haz que tu cerebro sea más resistente a la demencia o el ictus

¿Cómo se consigue? Aumentando la reserva cognitiva, es decir, la capacidad que tiene nuestro cerebro para resistir a una posible patología neurológica o al deterioro y compensar los efectos que éstas tienen sobre la eficiencia de nuestras funciones cognitivas

Haz que tu cerebro sea más resistente a la demencia o el ictus
Haz que tu cerebro sea más resistente a la demencia o el ictus

Para que nos entendamos, la reserva cognitiva es lo que hace fuerte a nuestro cerebro ante el ataque de una patología, como puede ser un ictus o una demencia. Cuanto mayor sea nuestra reserva cognitiva, mayor resistencia al deterioro.

Esto no quiere decir que la reserva cognitiva nos haga inmunes al envejecimiento o el daño cerebral, pero sí es un factor importante en el impacto que éstas tienen sobre nuestro cerebro, aportándonos mayor protección. Si nuestro cerebro se hace más fuerte, mayor tendrá que ser el daño para que se manifiesten alteraciones cognitivas, es decir, que nuestra atención, memoria, lenguaje, etc. se resientan. Del mismo modo que, a mayor reserva cognitiva, mejor pronóstico de cara a la recuperación de una lesión (por ejemplo, ictus) o mayor compensación de los efectos del envejecimiento y el deterioro asociado a enfermedad (por ejemplo, enfermedad de Alzheimer).

¿Podemos aumentar y potenciar nuestra reserva cognitiva?

La respuesta es sí. Es más, les animo a que lo hagan. Cualquiera de nosotros somos susceptibles a sufrir un daño cerebral, y teniendo en cuenta la importancia que tiene la reserva cognitiva para protegernos de enfermedades cerebrales, ¿por qué no potenciarla?

  • Formación, aprendizaje e información

Aprender cosas nuevas, no sólo conocimientos sino también destrezas, nos ayuda potenciar y generar una mayor red neuronal. Cuantas más “carreteras” conecten nuestro cerebro, más carreteras deben estropearse para que se pare el “tráfico”. No hay edad para dejar de aprender cosas nuevas. Hacerlo fortalecerá nuestra actividad cognitiva.

  • Aficiones

La lectura, los juegos de mesa, las actividades de lógica o los puzzles son herramientas muy buenas para potenciar nuestras funciones cognitivas, como la atención o la memoria.

  • Deporte, ejercicio físico, movernos

Muchísimas investigaciones han resaltado los beneficios de la actividad física sobre nuestro cerebro. Este mejora el flujo sanguíneo cerebral y por tanto, el funcionamiento cerebral en general. Algunos autores han observado que incluso, el ejercicio físico no sólo tiene un efecto positivo en las tareas cognitivas que se realizan inmediatamente, sino que sus efectos se mantienen a lo largo del tiempo, encontrando relación entre la actividad física que se realizaba en la juventud y un mejor rendimiento cognitivo cuando son ancianos (más resistencia cognitiva).

  • Contacto social y actividades de ocio

Somos seres sociales, y el contacto con los demás no sólo nos ayuda a estar más conectados con lo que ocurre en el día a día, sino que nos enriquece en muchos aspectos.

  • Autonomía

Ser independientes y realizar las actividades de la vida diaria (cocinar, hacer gestiones, llevar las cuentas, hacer la compra…) nos ayuda a mantenernos activos.

  • Cambiar rutinas y ponernos a prueba

Ponernos retos y cambiar nuestra rutina es un grandísimo estimulante cognitivo. Nos ayuda a potenciar nuestra capacidad de adaptarnos a los cambios, de encontrar soluciones alternativas ante los problemas o a ser más creativos.

 

Cristina de la Fe

Neuropsicóloga

Psicóloga sanitaria

Haz que tu cerebro sea más resistente a la demencia o el ictus