miércoles. 24.04.2024
¿Amar es un arte?
¿Amar es un arte?

Cuando hablamos de amatoria nos referimos al encuentro entre los sexos, a la conducta y las maneras de hacer que, nosotros, como sujetos sexuados llevamos a cabo cuando nos amamos. Entran en juego deseos eróticos, emociones, sentimientos, pensamientos, atracciones, seducciones y todo con la finalidad del encuentro con el otro. ¿Quién es el otro? Quien cada uno decida.

Aquí no trataremos el instinto o la reproducción, eso lo dejaremos para esa bonita asignatura llamada: Ciencias Naturales. No tiene nada que ver el arte de amar de un ser humano con el apareamiento mecánico que vemos en el mundo animal. Así que, dejémosle a ellos la cópula usada para reproducirse y usemos nosotros el coito donde el objetivo es bien distinto: se trata del encuentro y disfrutar de él. 

¡Ay! De nuevo aquí, si hablamos de encuentro entre los sexos, de deseos, pasiones y todo un elenco positivo de sensaciones unidas a la utilización del cuerpo para goce y disfrute… ¿Quién vuelve a asomar por allí para regularlo, como pasó con la Erótica? Sí, ¡Has acertado! Esa moral de la mano de la religión, esas creencias limitantes que, como buen sistema organizado, planta el matrimonio como regulador de los encuentros y de sus resultados (procreación). Tenías que elegir entre el matrimonio o castidad o continencia. De vuelta a otro valor bien polarizado entre lo bueno y lo malo, el pecado, el vicio…

¿Amara es un arte?

Nada más lejos de la realidad. ¿Hay algo más bonito y satisfactorio que el encuentro con el otro? Es un arte amar y ser amado. Hay muchos tipos de relaciones, más o menos estables, más o menos esporádicas, y en ellas puede darse el coito con el sentido que cada cual de la pareja le quiera dar, sólo depende de los que se unen, de nadie más. Y ahí radica la importancia de comunicarse para saber qué tipo de encuentro y con qué expectativas entra cada cual en él.  Habrá que llegar a acuerdos mutuos, a entendimiento de la relación, a compartir placeres sacándole el máximo partido y ventajas, sin banalizar nada de lo vivido, sentido y disfrutado. En el coito ambos ponen sus deseos, sentimientos y emociones que acabarán generando unos vínculos, y para que estos sean sanos y positivos, la pareja debe estar en consonancia.

Seguro que has escuchado leyendas urbanas sobre los encuentros y el arte de amar. Preguntas o afirmaciones como: ¿Cuándo fue la última vez que lo hiciste? ¿Con qué frecuencia lo haces? El hombre es activo, la mujer es pasiva, el hombre desea, la mujer es objeto de deseo, uno da, otro recibe. Por un lado, es un pelín absurdo ir en una línea cuantitativa y más absurdo aún, la suposición de unos perfiles definidos e inmutables que nada tienen que ver con la realidad del encuentro. ¿Cuál es la realidad del encuentro y la mejor forma de disfrutarlo? La respuesta la tienes tú y la persona con la que lo tienes, lo has tenido o lo vas a tener. Es un acuerdo entre dos, en el momento, en lo que apetece, lo que gusta, lo que se siente, lo que se quiere, lo que se desea, lo que surge, lo que se quiera experimentar, lo que estemos buscando. Aquí es donde se pone en juego el arte de amar.  

Nos volvemos a ver pronto, mientras… no dejes de disfrutar al máximo de tus encuentros, comunícate, sigue amando y por supuesto, ¡ponle humor a todo!

 

Rut Mónica Díaz

Sexóloga

@keepcalmmamaessexologa

 

¿Amar es un arte?