jueves. 25.04.2024

La dispauremia. ¿Por qué me duele la penetración?

La dispauremia es una de las dificultades comunes que nos podemos encontrar durante el encuentro erótico. Sin embargo, aunque algunas personas normalicen la sensación de dolor durante el coito, no se debe dejar pasar y es aconsejable visitar al especialista

 

La dispauremia. ¿Por qué me duele la penetración?
La dispauremia. ¿Por qué me duele la penetración?

Damos un paso más en el esquema usado por Masters y Johnson, vamos con la “m” de meseta. Habíamos hablado del deseo, la excitación y ahora toca la meseta. ¿Cómo identificamos la meseta? En el hombre, durante el coito, estaríamos hablando de sus movimientos activos del pene en erección. Durante este periodo, se nota un aumento de la tensión muscular y sexual y, como es normal, la frecuencia cardíaca y respiratoria aumentan. Los testículos se elevarán más y además aumentan su tamaño, y algunos hombres sienten dolor en ellos cuando alargan la parte de los juegos eróticos, así que, si te pasa, no te asustes, eres de los que dedica tiempo a aquello que lo merece.

En la mujer, al igual que en el hombre, aumentará el ritmo cardíaco, la presión sanguínea y se notará una respiración más rápida. Se pueden sentir contracciones involuntarias y voluntarias del esfínter rectal. Se sigue notando la lubricación vaginal, que podría aumentar o disminuir. El cuello del útero se eleva, la vagina se expande y alarga. Los labios vaginales se notarán hinchados, los pechos también, el clítoris está erecto. Ambos componentes de la pareja, como podemos comprobar, están preparados durante la meseta para la siguiente etapa: el orgasmo.

Pero quedémonos en la meseta y hablemos de una de las dificultades que pueden aparecer en ella: la dispauremia. ¿A qué suena entre raro y fatal? Nada de lo que preocuparse y sí de lo que ocuparse si nos pasase. ¿Qué es la dispauremia? Se trata de un dolor en los genitales de modo recurrente y que persiste durante el coito. Sucede tanto en hombres como en mujeres. ¿Qué puede pasar? Ese malestar que nos genera puede dificultar las relaciones interpersonales. ¿Qué se debe hacer? Buscar la causa. Con toda la calma del mundo, debemos averiguar si el origen de ese dolor en la penetración viene de una alteración física o psicológica.

Posibles cambios físicos que deriven en dolor durante la penetración: si tenemos dolor en la entrada de la vagina podría estar relacionado con una infección vaginal, quizás irritación por el uso de espermicidas, látex del preservativo, falta de lubricación. Si el dolor está localizado en la parte más profunda de la vagina puede deberse a quistes o infecciones del tracto urinario, pero existen más causas físicas para las que se necesita exploración y su diagnóstico, por eso la importancia de no dejar pasar el dolor y consultar a un especialista.

Un detalle pequeño, pero no por ello menos importante, es la normalización que existe entre las mujeres sobre el dolor con la llegada de la penetración. Muchas mujeres han integrado el dolor durante el coito como si se tratase de algo normal y no lo es. Sin embargo, en general, un hombre que siente dolor genital en sus encuentros eróticos detecta rápido que eso no debe ser así y solicita ayuda a un profesional. Queda dicho: la penetración no debe, ni tiene que doler y si eso sucede, ya sabes, hay que buscar la causa.

Esa normalización del dolor y, a la vez, sentir miedo por experiencias de encuentros eróticos pasados con dolor y no disfrutados, pueden conllevar a que se desencadene dolor en los siguientes encuentros. Los miedos, como pueden ser al dolor, al embarazo no deseado, e incluso al compromiso hay que hablarlos y gestionarlos para que no tengan un papel dominante. Por otro lado, la pareja debe replantearse si la estimulación previa a la penetración es la adecuada para los dos o si es ausente y ambos no llegan a la penetración con el mismo nivel de excitación, lo que deriva en dolor y no en placer. Otro aspecto es ver qué tipo de comunicación emplean en los encuentros, si es asertiva, si realmente ambos componentes de la pareja expresan sus deseos reales y se complementan en el juego previo buscando disfrutar ambos. No olvidar las creencias de ambos componentes de la pareja, cómo les afectan, qué ideas tienen ambos sobre la sexualidad, si consideran alguna parte del encuentro erótico como humillante, sucio, etc. Esa negatividad asociada a la práctica estaría obstaculizando disfrutar del encuentro erótico.

Espero que estas pinceladas les ayuden, sirvan, orienten para sacar el máximo partido a los encuentros eróticos y disfrutar al máximo de ellos. No olviden el humor. ¡Hasta pronto!

 

Rut Mónica Díaz

Sexóloga

@keepcalmmamaessexologa

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