La procreación. "¡Qué se te pasa el arroz!”

La procreación. "¡Que se te pasa el arroz!"

¿En serio? ¡Eso dejémoslo para la paella! Cada uno debe decidir sus tiempos en función de muchas variables, por eso hoy tratamos la procreación y nos hacemos algunas preguntas antes de ir a la aventura. Rut Mónica Díaz

Cuando hablamos de procreación, en nuestro caso, hablamos de la capacidad para crear una nueva vida humana. Aquí entrarían en juego la posibilidad biológica, deseos de embarcarse en ese proyecto y sentido de la responsabilidad al respecto. Sí, ya sé lo que puedes estar pensando… ¿Hay muchos progenitores que no cumplen esas premisas? Por supuesto… haberlos, haylos. Como este artículo trata de la procreación, dejaré las figuras de papás, mamás, maternidades y paternidades para más adelante.

Si vamos al fenómeno común, en nuestra especie, para iniciar el proceso de fecundación de un óvulo con la entrada en juego del espermatozoide hablamos de la cópula. Ya sabes, tiene que existir una penetración  por parte del hombre y eyaculación en el interior de la vagina para que se inicie ese proceso. ¿Y qué pasa después? Si todo va bien, y resumiendo muchísimo, comienza una nueva vida y una nueva aventura. Si no va tan bien, podemos pasar por pérdidas gestacionales tempranas que llevan su propio abordaje, lo trataremos más adelante, porque suele afectar a la mujer en el plano emocional y repercutir en otros. Si no todo sale bien, por diversas dificultades, es el momento de dejarse asesorar, de pedir ayuda por si fuera necesario recurrir a tratamientos u otras vías.

Hay muchas situaciones, muchas variables y cada pareja irá descubriendo el porqué se ha complicado ese sueño que tenían en mente. Pero lo que sí deben tener claro es que es el momento de aunar fuerzas y estar más unidos que nunca. Cabe la posibilidad de entrar en intentos y pérdidas gestacionales, la posibilidad de recurrir a ayuda con otras formas y técnicas, por ejemplo la procreación asistida y que no todo salga como esperaban. Puede pasar que opten por la adopción y que el camino sea duro, puede que elijan la gestación subrogada y vuelvan a encontrar muros. La cuestión, llegados a este punto y se puede llegar, es saber si ambos componentes de la pareja están preparados e igualmente motivados e implicados para remar juntos. La pregunta parece sencilla, la respuesta se verá reflejada en la práctica. Todo esto afectará a la vida íntima y es aquí donde también deberán estar atentos para no difuminarse, para no olvidarse el uno del otro, para no alejarse, para seguir demostrándose cariño y afecto, para seguir cultivando el encuentro. Deben intentar que esa espera sea un camino lo más positivo posible.  

Algunos estudios han dejado claro que muchas mujeres van contra el reloj biológico cuando retrasan su procreación. En términos de fertilidad hay unas medias de las que parece ser que no debes salirte. Como  la última palabra la tiene la persona o personas implicadas según sus circunstancias no entraremos en ello y sí, quitaremos agobios incensarios. Quizás es más importante plantearse si esa nueva vida que se quiere traer al mundo es deseada. ¿Surge del deseo explícito? ¿Se ha meditado la decisión? ¿Ambas personas son conscientes de  cómo cambiarán sus vidas y el orden de prioridades? ¿Cómo habrá que replantear, no solo horarios y responsabilidades sino también, la vida de la pareja? Y lo más importante: ¿Se le va a ofrecer un hogar y una vida digna de verdad? ¿Hay una ocupación y formación para que esa nueva vida goce de un entorno saludable en todos los aspectos, incluido el emocional?

Como ves, hay muchas preguntas que hacerse y mucha reflexión antes de pasos tan vitales. Si estás en proceso `procreativo´, ¡háblalo todo! Comunicación. Ahora es el momento, no dejes flecos, no dejes  cosas pendientes, todas las dudas sobre la mesa, todos los miedos expresados. Independientemente de las circunstancias, fluye y ponle humor a absolutamente todo. ¡Ánimo y hasta pronto!

 

Rut Mónica Díaz

Sexóloga

@keepcalmmamaessexologa