jueves. 28.03.2024

Tengo una discapacidad, pero no soy asexual

La discapacidad y la sexualidad son dos conceptos que no están reñidos, pese a que en la sociedad parece haberse extendido la idea de que puedan ser como el agua y el aceite. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, como podrás comprobar en este artículo

Discapacidad y sexualidad
Discapacidad y sexualidad

Hay un mito algo extendido sobre las personas que tienen algún tipo de discapacidad física o psíquica y su sexualidad. Parece que por el hecho de ver mermada alguna capacidad física o psíquica eso les impidiera sentir, disfrutar, fantasear, amar, gozar algo completamente incierto. Dependerá del tipo de discapacidad, de si la tiene desde el nacimiento o tras un accidente, en qué etapa de la vida se enfrentó a ese cambio, cómo lo ha gestionado, qué acompañamiento ha tenido, cuál es la actitud con la que afronta los retos que le ha supuesto la discapacidad.

¿Puedes imaginarte alguna ocasión en la que te has sentido poca cosa, aislado por algún motivo? ¿Puedes recordar algún momento en el que has pensado "no he dado la talla en la cama"? ¿Has sentido incertidumbre? ¿Puedes rememorar algún momento en el que la inseguridad te paralizó a la hora de pedirle una cita a esa persona que tanto te atraía? Pues ahora imagínate esa misma sensación en una persona con discapacidad a la que no se lo ponen nada fácil, a la que miran con condescendencia, a la que dan por sentado que no tiene ni desea vida sexual porque tiene cosas más importantes de las que preocuparse y a la que, en ocasiones, su propio entorno no es alentador para vivir de forma plena en todos los aspectos.

Las necesidades sexuales y emocionales las compartimos todos los seres humanos, pero a veces la falta de compresión por parte de otros seres humanos hace que en una persona con discapacidad nazca el miedo a expresar su verdaderos sentimientos de amor, evitando el rechazo. Dependiendo de la discapacidad, la persona necesitará ayuda para trasladarse, para quedar con alguien. estar a solas y disfrutar. Aquí, la labor de los padres y el entorno cercano es muy importante, no sólo en comprensión si no en facilitarle esas posibilidades.

La respuesta sexual se verá afectada según el nivel de afectación o daño directo en los órganos sexuales. Se pueden enfrentar a pérdidas de erección, eyaculación o lubricación. De manera indirecta, el dolor puede ser un impedimento a la hora de llevar a cabo encuentros eróticos según en qué posiciones. En algunos casos, si existe rechazo por parte de la pareja a la hora de prepararse para el encuentro porque no hay control de esfínteres o existe miedo a pérdidas durante el encuentro, requerirá abordaje y comunicación entre ambos. Todo este proceso puede influir en la autoimagen, dar más importancia a las dificultades que a la capacidad de superación, buscando nuevas fórmulas para disfrutar de la preparación y del encuentro erótico y rebajando el nivel de ansiedad. La actitud de la pareja es muy importante, al igual que la de la familia. También hay que tener en cuenta el uso de fármacos, saber qué efectos tendrán sobre la respuesta sexual. En algunos casos habrá que dejar de lado la idea de 'encuentro igual a coito' y centrarse en otras formas de gozar del encuentro erótico como son las caricias, los besos o las fantasías.

Todas éstas son pinceladas de un tema que volveremos a tratar. Es importante interiorizar que las personas con discapacidad deben sentirse libres y seguras para aceptar su sexualidad y cuáles son sus necesidades reales según cada caso y cada vivencia. Siendo conscientes de sus dificultades tienen todo el derecho a disfrutar de unos encuentros eróticos vividos, sentidos y expresados sin miedo. Sea como sea no olvides el humor. ¡Hasta pronto!

 

Rut Mónica Díaz

Sexóloga

@sexologarutmonicadiaz

Tengo una discapacidad, pero no soy asexual