jueves. 28.03.2024

Las imposiciones de la sociedad

Seguro que en más de una ocasión te has enfrentado a situaciones como las que describe nuestra intrépida Zeneida en el siguiente artículo. ¡Y atentos al final! El de nuestra compañera no tiene desperdicio

Las imposiciones de la sociedad
Las imposiciones de la sociedad

El otro día, mientras charlaba con unas amigas, llegamos a la conclusión de que muchas veces la sociedad nos empuja a hacer cosas, por tradición, porque es lo que se ha usado siempre, porque así lo hicieron nuestras madres o ¡que se yo!

Todo empieza cuando terminamos el instituto: “¡Y ahora la universidad! ¿Qué vas a estudiar? ¿Y si no quiero ir a la universidad? ¿Y si prefiero un ciclo formativo? ¿ O si quiero incorporarme al mundo laboral?" Pues no, ya está la sociedad presionando con la universidad porque es lo que toca, lo políticamente correcto. Pues nada, allá que vamos.

Entonces empieza otra etapa en la vida, nuevos amigos, fiestas, y comienzan los familiares “pesados” con la siguiente pregunta incómoda: “Ya estás en la uni, ¿para cuándo el novio?”  Erre, que erre con el asunto hasta que aparece, te enamoras, tienes una relación, los dos terminan la universidad y... siguiente pregunta, esto es como un trivial: “¿Para cuándo un trabajito?” A ver, señora, porque sí, desgraciadamente suelen ser mujeres las que preguntan, una tía del pueblo, una vecina con aires de periodista frustrada, tu prima cotilla que quiere saber si puede ser mejor que tú en algo... eso no es como soplar y hacer botellas, conseguir trabajo está complicadillo.

Pero quizá, resulta que tu novio o tú tienen un golpe de suerte y lo consiguen. Y entonces se pone en marcha de nuevo la maquinaria social: "¿Para cuándo la boda?" ¡Ay re-Dios! Ahora con la boda. En principio quizá no habían pensado casarse, pero la presión llega a ser tanta que cuando te das cuenta estás entrando por el pasillo de la iglesia del brazo de tu mejor amigo vestida de blanco. "¡Pero qué estoy haciendo!"

Y ya está. Hemos cumplido con la sociedad. No, estás equivocada. Cuando aún estás saboreando la tarta de tu boda y tu marido y tú no habéis consumado el santo matrimonio, llega la siguiente pregunta de rigor: “¿Y el bebé para cuándo?” Y te ahogas con la tarta  y tienes ganas de decirle a tu tía abuela Lola que la próxima vez que coincidáis en un funeral les vas a preguntar: “¿Y usted para cuándo?" Pero te contienes y sonríes.

Pero inevitablemente el bebé llega, y es tan precioso que te olvidas de que, posiblemente también sea una imposición de la sociedad. Todo va bien hasta que tu tía abuela va a verles y hace la pregunta bomba “¿para cuándo un hermanito?" ¡La madre que la...!

Chicos y chicas del mundo, unámonos y digamos NO a las imposiciones de la sociedad. Que cada uno haga con su vida lo que quiera y a la tía entrometida, que se cierre el pico.

 

Zeneida Miranda

Periodista

@ZeneidaMirandaS

 

 

           

 

 

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