viernes. 29.03.2024

Nutrición e inflamación: descubre por qué es tan importante integrar una alimentación antiinflamatoria

En este artículo te contamos qué es la inflamación crónica, por qué resulta vital que estemos atentos a sus señales y cómo el hecho de integrar una alimentación antiinflamatoria puede ayudarte a frenar (e incluso revertir) su evolución

Nutrición e inflamación: descubre por qué es tan importante integrar una alimentación antiinflamatoria
Nutrición e inflamación: descubre por qué es tan importante integrar una alimentación antiinflamatoria

¿A qué nos referimos cuando hablamos de inflamación?

La inflamación es una respuesta fisiológica de nuestro organismo que tiene por objetivo frenar el avance de aquello que nos daña. Es decir, es una defensa innata del cuerpo ante un agente patógeno para reparar el tejido dañado y así poder recuperar su homeostasis.

Existen dos tipos principales: una que se siente y es muy visible, que la conocemos como inflamación aguda; y otra que es silenciosa, la cual muchas veces no se percibe a simple vista y se extiende en el tiempo, la inflamación crónica.

La inflamación aguda es fácil de reconocer. Por ejemplo, nos caemos y nos hacemos daño en una mano. Pronto podemos percibir cómo esa mano comienza a inflamarse y cómo el dolor también aparece en muchos casos.

Este tipo de inflamación se genera en nuestro organismo de forma puntual, con el objetivo de aislar y proteger la zona dañada, creando así conductos internos que permitan el paso de oxígeno, sangre y nutrientes para que esos tejidos se regeneren cuanto antes.

La inflamación crónica, por el contrario, es mucho más silenciosa, normalmente no se percibe a simple vista e incluso puede cursar sin dolor, lo que puede volverla muy peligrosa, ya que la mayoría de las veces no percibimos sus señales hasta que su estado es muy avanzado.

El objetivo final de esta inflamación interna también es cuidar de nuestros órganos para permitir su regeneración, pero su aparición nos habla de un estado patológico al que hay que prestar especial atención.

No importa el tamaño de tu cuerpo, seas delgado, gordo, alto o bajo, la inflamación crónica puede manifestarse dentro de ti. Si no cuidas tus hábitos alimentarios y tu estilo de vida, puedes estar gestando un estado inflamatorio, que acabará convirtiéndose en el origen de diversas enfermedades si no lo frenas a tiempo.

¿A qué debemos prestar atención para identificar si tenemos inflamación interna? Entre las causas principales que originan un estado de inflamación crónica, podemos mencionar éstas:

  • Alimentación proinflamatoria (muchos productos procesados con azúcares, harinas, y grasas no saludables, por ejemplo, y pocos alimentos naturales).
  • Estilo de vida estresante (un trabajo que te desvitaliza, unas metas poco realistas, ¡nos pueden estresar tantas y tantas situaciones y cosas!).
  • Falta de energía continua (cansancio, agotamiento, apatía, falta de ganas).
  • Inadecuada gestión emocional (las emociones te desbordan).
  • Microbiota intestinal alterada (y lo que se deriva de ello: candidiasis, intestino permeable, colon irritable, hinchazón continua, helicobacter pylori, etc.).
  • Consumo de tóxicos (tabaco, drogas diversas, alcohol, uso y abuso de medicamentos, etc.).
  • Infecciones persistentes y recurrentes (son indicio de inflamación).

¿Te sientes identificado con alguno de los puntos anteriores? ¿Sí? Te invitamos a seguir leyendo...

Para que te des cuenta de hasta qué punto es importante prestar atención a todos estos factores, te nombramos algunas patologías asociadas a un organismo inflamado:

  • Intestino permeable.
  • Colon irritable.
  • Depresión.
  • Sobrepeso y obesidad.
  • Dislipemias (colesterol y triglicéridos).
  • Disbiosis.
  • Enfermedades autoinmunes.
  • Psoriasis.
  • Arteriosclerosis.
  • Fibromialgia.
  • Síndrome metabólico.
  • Diabetes.
  • Neuroinflamación y muchas más.

Dolor abdominal

 

¿Qué podemos hacer para frenar el avance de la inflamación?

Como te venimos contando en artículos anteriores, lo mejor y lo más tangible es comenzar a integrar una alimentación antiinflamatoria y energética. Esto permitirá que si actualmente tienes inflamación, ésta comience a reducirse, y que si no la tienes, tampoco sea necesario para tu organismo generar ese estado.

Recuerda que nuestro estilo de vida puede inducir a un estado de inflamación sistémica.

Un consumo elevado o continuo de productos ultraprocesados, productos con azúcar y harinas refinadas, con aditivos, conservantes y colorantes, cereales con gluten y muy procesados, un exceso de carne roja y de lácteos principalmente, enervan nuestro organismo, generando inflamación.

Además, el sedentarismo, el poco contacto con el sol y la naturaleza, la falta de descanso, las preocupaciones y el estrés de nuestra vida diaria también pueden estar ayudando a que la inflamación se manifieste.

Al mejorar nuestras digestiones, introduciendo un mayor número de alimentos de baja carga digestiva y alto valor nutricional como las frutas y las verduras, en detrimento de otros que nos generan un gran esfuerzo digestivo para poder ser metabolizados (los que hemos nombrado anteriormente), permitimos que la toxemia acumulada en nuestro organismo disminuya, reduciendo así nuestro estado de inflamación interna.

No te olvides:

  • Integra las frutas en tus desayunos.
  • Acompaña tus comidas principales de una abundante ensalada de vegetales frescos. Si la haces a base de frutos como el pepino, tomate, aguacate y manzana, además de proporcionarte un montón de nutrientes, te sentirás saciado por más tiempo.
  • Vete a la cama con la digestión hecha. Cena liviano y temprano.

Pero además de la alimentación, presta atención a todos los factores que influyen en tu vida como el descanso, el contacto con el sol y la naturaleza, el ejercicio, el trabajo, la gestión del estrés y las emociones, las preocupaciones, etc., ya que todo en su conjunto puede estar induciendo a un estado de inflamación crónica.

Como ves, es muy importante trabajar en la integración de una alimentación antiinflamatoria, en la gestión de nuestras emociones y estrés y en unos hábitos de vida saludables y sostenibles en el tiempo que nos permitan alejar este estado inflamatorio de nuestra vida.

Y hasta aquí nuestro artículo de hoy. Te invitamos a que revises tu alimentación y tu estilo de vida, para que puedas comenzar a identificar aquello que podría estar generando inflamación en tu organismo. ¿Qué has detectado?

 

Suso Valcárcel y Flor Fernández

Coaches de salud integral, expertos en nutrición natural y consciente
Fundadores de Hygemon y del programa C.I.S.E.

www.hygemon.com

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