miércoles. 24.04.2024

Mi mejor regalo de cumpleaños

A la redacción de DGC ha llegado un artículo muy especial: el de Estefanía Miranda, que con 18 años ha decidido organizar su cumpleaños más especial: recaudar fondos para una asociación de perros sin hogar

Mi mejor regalo de cumpleaños
Mi mejor regalo de cumpleaños

Hace unos días fue mi cumpleaños y como “regalo” decidí organizar una recaudación de fondos destinados a una asociación de perros adultos sin hogar. Como ésta, hay miles de asociaciones sin ánimo de lucro que luchan diariamente por sacar adelante a estos animales y darles una buena vida dentro de las limitaciones que juegan en su contra. Desgraciadamente, cada vez son más los animales que abandonan y se recogen de la calle para sumarse a la lista de los miles sin hogar del país. Aunque esta situación se repite de manera reiterada durante todo el año, es en Navidad donde se acentúa y por eso quiero concienciar o, al menos intentarlo, a todas las personas que hoy leen esto.

Los pequeños de la casa suelen ser los que tienen la iniciativa de tener mascotas, en mayor medida perros, ya que lo ven como un pequeño compañero de juegos con el que podrán divertirse siempre que quieran. Por increíble que parezca la idea de regalar un perro, un gato o cualquier otro animal de compañía está todavía muy candente en la sociedad, y más aún lo es para todos esos padres a los que les resulta apropiado regalar a un niño que todavía no puede hacerse cargo de sí mismo en los aspectos más básicos de la vida cotidiana, otro ser vivo del que deberán ser responsables por el resto de sus vidas. El modus operandi que más se repite cada año por estas fechas es el de siempre: piden una mascota, regalan la mascota y equis tiempo después la abandonan, porque se dan cuenta de que también es una responsabilidad a la que deben someterse.

Adoptar a un animal siempre es un gran gesto, le vas a dar hogar, cariño y una buena vida a un ser vivo que te lo agradecerá cada día de su vida. Pero antes de hacerlo debes saber que no es un juguete o un regalo que das para contentar a alguien y que puedes echarlo a la calle cuando te canses. Es una vida con necesidades al igual que nosotros. Porque aunque sean muchas las personas que consideran a los animales seres “inferiores” que no merecen el mismo trato y respeto que uno mismo, lo cierto es que es un ser vivo que también siente hambre, siente frío y siente el dolor y el sufrimiento cuando con ilusión va a un nuevo hogar y, al cabo de ciertos días, acaba tirado en medio de una cuneta por la persona que le prometió un techo en el que vivir. Nadie es capaz de imaginar lo contentos que se llegan a poner cuando por fin sienten que alguien los está queriendo y que de repente se vean en medio de la carretera sin ningún tipo de recurso. Durmiendo bajo la lluvia y sintiéndose cada vez más débiles y desnutridos, soportando también los malos tratos que los desconsiderados que pasan por su lado puedan originarle. Es verdad, no son personas. Son animales y también sienten dolor.

Antes de considerar a un animal como buen regalo, piensa que cualquier cosa material también hace ilusión y que, una vez agotado el entusiasmo, podrá ser guardada en una estantería o en un cajón; sin embargo ellos terminarán atropellados, muertos de hambre, sacrificados o entre rejas.

Gracias a todas las personas que luchan diariamente por sacar adelante a todos los animales sin hogar: a los trabajadores, los voluntarios y a todos los que realizan donaciones para mejorar la calidad de sus vidas. Gracias por ser su voz.

 

Estefanía Miranda García 

Estudiante

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