martes. 19.03.2024

El amor a la antigua

La serie 'Los Bridgerton' tiene a nuestra romántica Zeneida enamorada.  El batir de un abanico, una caída de ojos, una dulce sonrisa y el amor... ¡Ay, ese amor! ¿Se atreverían a vivir algo así en pleno siglo XXI?

El amor a la antigua
El amor a la antigua

Una de las más recientes series estrenadas esta navidad ha puesto al mundo patas arriba. Bueno, quizá estoy afirmando con demasiada rotundidad algo que no sé. Voy a decir mejor que ha puesto mi mundo patas arriba. 

Desde que una buena amiga me la recomendara, me paso los días preguntando a otras personas si ya la han visto e incluso estoy leyendo los libros en los que está inspirada.  Se trata de Los Bridgerton, esos hermanos y todo lo que tiene que ver con sus lujosas vidas en el Londres de la Regencia me han robado el corazón.

He de decir que no me gusta leer novelas de época. Leí tantas en mi adolescencia que acabé por pillarles una cierta manía. Pero hay algo en éstas que me ha atrapado y es que, queridos lectores, a mis (casi) treinta y ocho años, y considerándome siempre una mujer moderna del siglo XXI, me muero por vivir un romance a la antigua, como los de la serie o las novelas.

Sí, me gusta absolutamente todo. La forma en la que las jóvenes se presentan en sociedad y van de baile en baile seguidas de sus madres intentando pescar un marido rico, si bien choca bastante con mis ideales feministas de este siglo, bien visto en su contexto tiene sentido. ¿Qué iban a hacer? ¿Hacerse una cuenta en Tinder? Pues no era la época.

Pasado ese trance, comienza lo realmente bonito: el cortejo. Las visitan, les llevan flores, las invitan a pasear. Todo muy sano y muy sensual. No pueden tocarse ni un pelo en público (lo que hacen en privado ya es otra cosa, pero rara vez dejan solos a un hombre y una mujer), y eso solo aumenta las ganas que se tienen el uno al otro. Las miradas, el deseo.

Me encanta la sensualidad de la época. El coqueteo ingenuo con el que ellas seducen a los varones, condes, duques y demás aristocracia. El batir de un abanico, una caída de ojos, una dulce sonrisa. ¡Todo es tan bonito!

Que sí, declaro que me encantaría vivir un amor a la antigua, ir a fiestas de sociedad con un carnet atado a mi muñeca para apuntar a todo aquel que me pida un baile. Como buena cursi que soy, por supuesto, adoro los vestidos con encajes y pedrería y las diademas que parecen coronas...

¿Y ustedes? ¿Les gusta el amor a la antigua? ¿Se casarían con un hombre solo por su posición social? Esa es una parte con la difiero de esa época. Lógicamente en la serie y en las novelas nos hablan de grandes historias de amor, pero también había quienes se veían obligados a contraer nupcias por otras razones. Sin embargo, este artículo no va de eso, sino del amor sano, inocente, del juego, el coqueteo y el cortejo. ¿Te dejarías cortejar en pleno siglo XXI como si fueras una dama Bridgerton? ¡Yo sí! ¡Les leo!

 

Zeneida Miranda

Periodista

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