P.- ¿Cómo se le queda a uno el cuerpo sabiendo que Teror ‘vive otro Pino’ este año, tal y como reza en el programa de actos?
R.- Para todos será un día del Pino muy especial. No sacaremos a la Virgen a las calles de Teror, pero sí la sacaremos todos los canarios a ocupar un lugar importante en nuestros corazones, y eso es lo importante, porque nos ayudará a ser responsables, a ser solidarios, a tener capacidad de esfuerzo, a asumir las responsabilidades familiares, sociales, políticas, empresariales o las que cada uno tengamos.
P.- “Pinito” no cruzará este año la puerta de la Basílica de Teror para salir a la Plaza del Pino, uno de los momentos más emotivos. ¿Cómo vives ese instante?
R.- Cruzar la puerta de la Basílica acompañando a la Virgen del Pino sin duda es un momento especialmente emotivo que vivo cada vez de forma diferente. La primera vez solo pensé en mi padre, que nos había dejado tan solo seis semanas antes. Ese año recordé las palabras que dijo mi bisabuelo a mi abuelo, en la puerta de la Casa de los Patronos, la última vez que sacó a la Virgen: "Te la entrego para que la sigas acompañando, yo me voy con Ella". La mayoría de las veces trago algunas lágrimas mientras repaso los valores cristianos que he recibido y procuro aplicar en mi vida.
Será difícil olvidar la noche del 12 de octubre del año pasado, cuando minutos antes de las cuatro de la madrugada cruzamos la puerta de la Basílica con la Virgen del Pino, sin público, pero con la solemnidad que exige el momento, para visitar, por iniciativa del Obispo Cases, los ocho municipios afectados por el incendio de agosto de 2019.
P.- ¿Qué implica ser el patrono de la Patrona de Canarias?
R.- Yo lo asumo con responsabilidad, con emoción y por supuesto con devoción. Desde que nací, las fechas en que la Virgen del Pino sale de la Basílica están en rojo en mi calendario. Desde que tengo uso de razón he comprendido que no son "mis" días, sino lo de nuestra Madre, y me pongo a disposición del Párroco de Teror, del Vicario y del Obispo de Canarias.
P.- Eres ya la sexta generación de tu familia que ostenta el cargo. ¿Ha habido cambios a lo largo del tiempo?
R.- Las formas han ido cambiando para adaptarse a cada momento histórico, pero el fondo permanece inalterable. Me he propuesto reforzar el papel de la Fundación Canaria Casa de los Patronos de la Virgen del Pino, que debe velar por preservar y divulgar las costumbres canarias, especialmente todas aquellas que tengan que ver con Teror y la Virgen del Pino.
Me ilusiona que la Fundación ejecute un proyecto que tengo diseñado para que sean nuestro mayores los que nos dejen testimonio de nuestra historia y costumbres. El hecho de recordar y digitalizar vivencias en los últimos años de la vida debe dar un mayor sentido a esa etapa, a la vez que ayudaría a reforzar los vínculos familiares en los momentos que más se necesitan.
