viernes. 26.04.2024
Virgen del Pino
Virgen del Pino

Una de las primeras monografías sobre la Virgen del Pino fue escrita por Fray Diego Henríquez y publicada en 1714 bajo el título de "Verdadera fortuna de las canarias y breve noticia de la milagrosa imagen de Nuestra Señora del Pino de Gran Canaria".

En su obra el autor dice que a la hora de empezar a escribir llegó a sus manos “unos manuscritos antiguos de la conquista de desta Ysla”, los cuales incorporó a sus propios textos:

 

"Dijéronle que en aquel territorio había muchas fuentes (...). Pero, que al pie del coposo árbol nacía una que lavándose con su agua sanaban de las enfermedades que padecían, y, por eso, la usaban mucho en sus necesidades y faltas de salud. Y que en los ramos de aquel árbol asistía tan continua una estrella muy resplandeciente y clara, que ellos la tenían ya por vecina, y, aunque muchos habían intentado subir a las frescas ramas, donde estaba, por ver su hermosura, nunca les fue posible llegar a ella, porque todos perdían las fuerzas y se deslizaban por el pie de aquella planta, donde habitaba"

 

(Anónimo de Diego Enríquez (ca. 1640) (Quintana –Cazorla, 1971:63-65) (En José Barrios García, 1993:111)

 

En este fragmento anónimo se comenta cómo en el actual Teror existía un árbol que destaca sobre todos los de su entorno, rodeado de fuentes de agua con poderes curativos y en cuyas ramas podía verse un fenómeno lumínico que nadie podía alcanzar.

A estos elementos sorprendentes, Marín y Cubas añade otro dato interesante en el año 1687: la existencia en su proximidad de una tumba de alguien considerado "santo" por sus primeros pobladores, enterramiento que sería la causa de que las aguas próximas tuvieran propiedades curativas.

"Lo que piadosamente se tiene es que en aquellas piedras y tierra donde estaban plantados los dragos, debía estar el cuerpo de algún Varón Santo que en la isla muriese."

Por otro lado, en múltiples textos posteriores se habla de la presencia en el pino donde apareció la talla cristiana de una “laja” de piedra donde se quedaron grabados " los pies de la virgen". ¿Estaremos ante unos grabados podomorfos, como los de Tindaya en Fuerteventura?

“Y dio razón como en el pie de los dichos Dragos estaba una laja, y que en ella estaban señaladas las plantas o pies de Nuestra Señora y que ha sido público en los antiguos, y que apareció Nuestra Señora en dicho pino, y entre dichos dragos”.

 (Testifical de Pedro Díaz en el expediente que se realizó tras la caída del Pino)

Podomorfos

De los referidos textos podemos hacer una radiografía del entorno indígena que rodeaba a Teror antes del inicio del culto a la virgen del Pino, materializado en su día grande todos los 8 de septiembre. Nos encontramos con una extraña luz, un árbol considerado sagrado (con tres dragos en una de sus ramas), un manantial de agua curativa que salía de la tierra, la tumba de alguien venerado por su comunidad y varios grabados podomorfos.

Cada uno de esos elementos son claros referentes espirituales dentro del mundo amazight, cultura establecida en el norte de África a la que pertenecen nuestros ancestros. La consideración de los árboles como elementos sagrados está presente no solo en el continente sino en la propia isla de Gran Canaria. Como ejemplo tenemos el topónimo "Pino Santo" en Santa Brígida.

En Marruecos existe a la figura de los "morabitos", enterramientos de personas que en vida fueron considerados como místicos, lugares de peregrinación para pedir su intercesión en la concesión de todo tipo de favores.

Además, dentro del mundo mágico amazigh, los manantiales subterráneos son los lugares donde viven los duendes protectores de la naturaleza a los que se les venera con entrega de ofrendas por la comunidad que reside cerca de esos nacientes de agua.

Si sumamos cada uno de los elementos descritos podemos afirmar, casi sin ninguna duda, que Teror ha sido un lugar considerado sagrado o mágico mucho tiempo antes de la "aparición" en el denominado Pino de las Maravillas de una talla de la Virgen María. 

Estaríamos, por tanto, ante un fenómeno denominado "sincretismo", por el cual una religión adapta a su propio credo creencias más antiguas con la finalidad de facilitar su asentamiento en una nueva comunidad humana, como ocurrió en Canarias tras la conquista europea.

Juan Carlos Saavedra

Escritor y divulgador de la cultura canaria

www.juancarlossaavedra.com

La Virgen del Pino, ¿cristianización de un culto indígena?  (Parte l)