viernes. 19.04.2024

Éxito reproductivo y posibles conflictos

Llega el éxito reproductivo y con él comienza otra etapa, con nuevos retos para la pareja, para su amor, para su compromiso, para sus energías, su comunicación real, su aguante ante alguna dificultad, su escala de valores y el lugar que ocupa la sexualidad en ella

Éxito reproductivo y  posibles conflictos
Éxito reproductivo y posibles conflictos

Si atendemos a la conducta social que emitimos a otros congéneres quizás podemos ver un esfuerzo o una intención no sólo de socializar, si no también de tener éxito reproductivo. Claro, biológicamente hablando el interés será transmitir tus genes a la siguiente generación para lograr ese éxito reproductivo. Sucederá si hay disposición para poner en práctica el altruismo reproductivo. ¿De qué se trata? Si como madre no cuidas de tus pequeños, no aseguras que tus genes pasen a la siguiente generación, ¿verdad? Y como padre, si decidieras tener descendencia y no criarla tampoco estarías asegurando que tus genes pasen a más generaciones. Pues ahí lo tienes, el altruismo reproductivo se basa en que haces un esfuerzo en beneficio de otro renunciando a más descendientes directos.

Si había sido poco el lío para la elección de pareja, para consensuar una monogamia real y decidir si tener descendencia era una buena opción. Una vez tomada la decisión de aumentar la familia se debe pensar en el después, en si la pareja está preparada para afrontar el cambio en la economía, en los ritmos de vida, rutinas, en fin, pequeños detallitos a valorar. Porque si no, pueden surgir frases del tipo: “Es que ya no tenemos tiempo para nosotros”, “es que parece que le importa más la prole que yo”, “siempre está cansado/a”, “no hay encuentro erótico”, “parecemos compañeros de piso”, “nos peleamos porque no hay acuerdo en la forma de educar, criar, cuidar a los niños”, “todo es un conflicto y no siento ganas de tocarle o besarle”, “parece mi enemigo/a”, “los niños han alterado por completo nuestras vidas”. ¡Ay, ay, ay! Que por muy altruista que la pareja se considere la llegada de los hijos trae consigo no sólo cambios, si no nuevos retos a afrontar.

Cuando nos encontramos con madres y padres comprometidos en su nuevo papel también veremos detrás un esfuerzo invertido que pasará su consecuente factura a los proveedores de cuidados, cariño, tiempo, amor, economía, etc, porque sus reservas de energía no serán las mismas. Aquí no acaba la historia, las crías por su parte centradas en sí mismas y su supervivencia tratarán de conseguir por parte de sus progenitores todo el esfuerzo posible para ellas. Aquí apelo al recuerdo de todos los que han tenido descendencia habrán vivido algún momento en el que aún dándole todo al bebé, cuidados, mimos, abrazos, etc., sigue llorando y surge la frase: “¡Es que ya no sé qué hacer, sólo se calla en brazos y a veces ni eso!”. Si el retoño es más mayor lo has podido escuchar pedir y pedir y pedir y pedir. Por aquello de que quizás el agotamiento psicológico del progenitor o si toco un ápice su sentimiento de culpabilidad me brinda un "¡Síííí, para ya, por favor!". Para aquellos con hijos entrando o pasando la adolescencia quizás han experimentado escenas del tipo: “Es que no me escuchas, es que no me entiendes, es que no me quieres”, y ¡zas!, inversión parental: 10 puntos – Influencia en la conducta de crianza de tus hijos hacia ti: infinita. Sí, porque papá y mamá tienen corazoncito e intentan hacerlo de la mejor manera que pueden/saben y en situaciones de desgaste no bien gestionadas la pareja se verá salpicada. ¿Consecuencia? La vida íntima, también. ¡Cuidado! Manténgase aliados y con buena comunicación.

Por si todo este escenario fuera poco divertido, entra en acción la idea de tener más de un hijo y ahí empieza el doble juego. Debes repartir todo: cariño, esfuerzo, tiempo, economía, atención, cuidados…etc. ¿Cómo lo harás? ¿En qué medida? ¿A quién darás más? En Ecología del comportamiento existe el concepto de favoritismo paterno por aquello de proveer con más a la cría que tiene más posibilidades de repartir tus genes. Por el otro lado están los hijos que por una cuestión de supervivencia, acapararán tu atención y a través de un estímulo desencadenador cada uno de ellos intentará que le des más que a los demás, algunos llaman a esto chantaje psicológico. Si tienes hijos y son pequeños, puede que en algún momento hayas podido ver cómo reclaman tu atención a la vez y no puedes dedicarle el mismo tiempo a todos. Tienes que decidir por quién empezar. Si son más mayores incluso puede que alguna vez hayas escuchado esa fantástica frase de: “Claro, es que siempre te decantas por tu preferido/a”. Y ya si rozan la adultez, ahí lo ves en el reparto de las herencias o incluso antes de que los padres mueran. Momento en el que los hijos se pre-ocupan por un reparto justo de los bienes. ¡Ahora bien! Justo… ¿para quién? Los intereses no son los mismos y dependerá del punto de vista de cada uno. Ahí se verá cómo hasta el que nunca ha cogido una escoba sabe ´barrer para casa´. Todo este batiburrillo lo dejó bien plasmado en sus investigaciones y publicaciones el genetista William Donald Hamilton, de ahí deriva la regla de Hamilton, con fórmula incluida, por si quieres leer más sobre el tema.

Pues entre medias de todos estos conflictos de intereses, de todo este desgaste, de todas estas decisiones a veces más influenciadas desde fuera, de cada uno de nosotros, de lo que creemos, toca cuidar el inicio de todo: la pareja y la intimidad de la misma. Si realmente la elección de pareja tiene un buen fundamento y comparten valores y dentro de ellos, la sexualidad está entre los importantes no la dejen para después, para más adelante, para más tarde. Retomen la comunicación asertiva, dedíquense tiempo uno al otro, cuídense uno al otro y esa relación positiva y fundamentada repercutirá en las fuerzas, impulso y motivación para afrontar el resto. A parte, darán ejemplo de altruismo real y amor, a los hijos. Porque a pesar de los cambios, de los conflictos, de los seísmos familiares ustedes han apostado por el amor, compromiso, comprensión y respeto a la pareja. ¿Hay herencia mejor para los hijos que SER ejemplo de vida coherente en todos los aspectos? Por cierto, en medio de las bromas de la vida no olvides el humor. ¡Hasta pronto!

 

Rut Mónica Díaz

Sexóloga

@sexologarutmonicadiaz

 

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