viernes. 26.04.2024
¡Comer es un placer, si sabes comer bien!
¡Comer es un placer, si sabes comer bien!

Para poder disfrutar de una salud plena, tienes que saber que el disfrute y el placer han de estar presentes en tu día a día.

Así mismo, disfrutar de una buena salud abre las puertas a disfrutar intensamente del placer.

Pero, cuando hablamos de alimentación, es cierto que existe una creencia generalizada de que comer saludable exige mucho esfuerzo, sacrificio o desgaste. Incluso se piensa que es aburrido.

Comer sano es aburrido”, “comer saludable es soso, no tiene gracia”, “ya no puedo comer nada”, “cuidarse es difícil”,... y más frases por el estilo se repiten incansablemente en la cabeza de muchos de nosotros.

¿Te identificas con alguna de estas frases?

¿No crees que es contradictorio pensar que lo que te hace bien, para que sea efectivo, ha de llevarte por el camino de la amargura primero?

¡Yo pienso que sí es muy contradictorio!

Y gracias a mi propia experiencia y a la de las personas que acompaño, he llegado a la conclusión de que todo cambio, lo que sí requiere de uno mismo es implicación, responsabilidad y constancia.

Pero no sacrificio. Ni esfuerzo desmedido. Ni ha de ser un trueque por una vida de aburrimiento.

Es más, si el disfrute se va de nuestra vida, la salud se irá también. Por eso, este artículo es una invitación a disfrutar de tus comidas, saboreándolas lenta y cuidadosamente.

¡Comer es un placer, si sabes comer bien!Si estás buscando integrar hábitos alimentarios más sanos, dejar la culpa atrás y sentir verdadero placer cuando comes, es vital comenzar por entender la manera en que te identificas y te relacionas con la comida.

Para que comer realmente sea un placer para ti, muchas veces necesitamos entender primero nuestra relación con la comida, para así poder transformarla.

Entonces, el placer se adueñará de nuestros platos, y la culpa pasará a un segundo, tercer o cuarto plano.

Modificar la manera en que nos relacionamos con la comida es un camino de crecimiento y autodescubrimiento personal.

Y a veces solo con modificar pequeñas cositas en nuestro día a día, estamos gestando la semilla para grandes cambios en un futuro.

¿Sabes en qué va a acabar este camino de crecimiento y autodescubrimiento?

¡Exacto! ¡Adivinaste! ¡En placer y en disfrute!

A medida que vamos entendiendo nuestra relación con la comida y la función que cumple para nosotros, podemos transformar esa relación desde el cariño y el respeto hacia nosotros mismos.

Así, a medida que vamos se realizando un trabajo integral que abarque la nutrición, las emociones y los hábitos, las frases del principio van perdiendo fuerza y van siendo reemplazadas, de forma natural, por algunas del tipo:

Yo ahora ya sé lo que es estar bien”, “elijo lo mejor para mí, lo que compruebo que me hace bien y no me cuesta ningún esfuerzo”, “ya tiene que estar demasiado bueno ese vino para que elija beberlo y sentirme pesado otra vez”, etc.

¿Qué relación mantienes con la comida?

¿Comes con culpa o disfrutas de la comida?

¿La usas para premiarte, para castigarte, para calmarte en momentos de estrés...?

Te invito a contármelo dejando un comentario en este artículo.

¡Me encantará conocer tu experiencia!

 

Flor Fernández

Técnica superior en dietética y Coach integral de salud

https://linktr.ee/florfdez

¡Comer es un placer, si sabes comer bien!